En la actualidad, y según estudios recientes, solo el 12% de los peregrinos realizan el Camino en bicicleta, pese a ser una opción muy interesante y diferente de disfrutar de las rutas.
Hay muchos aficionados a la bicicleta y al ciclismo, pero hay que tener en cuenta la dificultad y exigencias del Camino: la mayor parte de los senderos transcurren sobre piedra, tierra…y las subidas y bajadas son constantes.
¿Sigues plateándote realizar el Camino de Santiago en bicicleta?
Si es así, te mostramos unos consejos que deberías tener en cuenta.
El Camino en bicicleta nunca debe realizarse en los meses de noviembre, diciembre, febrero y marzo, si no que es mucho más recomendable iniciar la travesía en abril, mayo, junio o septiembre.
El terreno en meses de invierno y lluvia puede complicar el avance considerablemente.
Durante los meses de más calor (julio y agosto) es conveniente evitar las horas del día con temperaturas más elevadas (de 12 a 18 horas): la deshidratación y los golpes de calor son un enemigo muy peligroso.
Antes de iniciar la ruta, es muy importante conocer qué senderos o caminos están preparados para el tránsito en bicicleta.
Al igual que el resto de peregrinos, pero con especial atención por compartir en ocasiones el camino con vehículos, es vital y obligatorio cumplir las normas de circulación: no invadir la calzada, usar el casco homologado y el chaleco reflectante…
Además, no olvides los siguientes elementos:
– Parches para pinchazos y otros objetos para la reparación. También es recomendable llevar un trozo de cubierta por si se produce un reventón o golpe fuerte.
– Bomba de aire.
– Elementos de limpieza y engrase.
– Zapatas de freno, para asegurar un correcto frenado en días de lluvia.
– Aparte del casco, ya nombrado, no olvides una gorra y gafas de sol.
– La ropa básica del ciclista: maillot, culotes, calcetines, zapatillas apropiadas, guantes y chubasquero.
– Cortavientos.
– Botellín.
– Alforjas o bolsas laterales.
– Candado para la bicicleta.
Todo el peso debe ir correctamente equilibrado sobre la bicicleta para procurar que el pedaleo sea lo más cómodo posible.
Los caminantes tienen preferencia sobre los ciclistas. Hay que tener en cuenta que hasta las 20:00 el peregrino a pie tiene prioridad. El motivo es que, si el albergue está abarrotado, un ciclista tardará mucho menos en alcanzar el siguiente albergue.
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